La frecuencia de las revisiones dependerá de cada mujer y de los factores de riesgo que presente su historial clínico y su historial familiar. La verdad es que para estar seguras y evitar riesgos lo ideal sería ir al ginecólogo una vez al año, así que si la sanidad pública no te lo proporciona y te lo puedes permitir, no dudes en recurrir a la medicina privada.
Tu salud es la que está en juego. No obstante, te recordamos la importancia de atender las señales que manda el propio cuerpo y si observas un cambio en el flujo vaginal o en la menstruación, algún cambio en los genitales o algún bulto en la mama, acude inmediatamente a tu ginecólogo sin esperar a la siguiente revisión